Hay mucha gente mala, pero la mayoría no es tan mala.
Yo creo que la mejor opción es siempre no desconfiar, nunca.
La desconfianza no sirve. La desconfianza genera intrigas y las intrigas dividen y debilitan.
La desconfianza te debilita y te aísla,
terminas desconfiando de todos.
Entonces el verdadero mal te lo haces a vos y no a los otros.
Los otros te dejan sola, y sola sos más débil,
y ahí sí te pueden atacar porque sos vulnerable.
La desconfianza nos recluye, nos hace perder nuevos afectos y nos deja a la deriva.
A la deriva estás y si no confías no te relacionas y ahí sí, solo sos muy frágil.
Nos podemos equivocar, confiando en la gente equivocada, pero la mayoría de las veces no es así, confiamos en los amigos.
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